La clase consistió en la proyección de las imágenes producidas la clase anterior. A medida que eran proyectadas, el autor y otro compañero que no haya tomado fotografías, debían buscar una palabra que resuma la impresión y explicar porque le gustaba o no le gustaba la fotografía. A partir de las respuestas la profesora Romina Castiñeira realizó una lista de palabras que también fue proyectada.
Durante esta parte de la clase, se observó que los chicos realizaban constantes acotaciones interrumpiendo la respuesta de sus compañeros. Por lo tanto, Pablo Spollansky propuso a los alumnos marcar ritmos: el que tenía la palabra creaba un ritmo con un elemento, el resto de sus compañeros debían copiarlo y seguir haciéndolo mientras él solo debía hablar y responder a las preguntas del profesor.
Con esto se logró conducir las energías de los alumnos por otro lado y así cada uno tubo la posibilidad de expresar sus pensamientos en relación a las fotografías que habían tomado.
A continuación se pidió a cada uno de los chicos que escribieran un párrafo a cerca de la AMISTAD, utilizando al menos 3 palabras de la lista construida entre todos. Al principio la mayoría se resistió a escribir, preferían hacerlo en grupo o no hacerlo, pero finalmente se les insistió y se obtuvo respuesta de todos ellos.
Durante esta parte de la clase, se observó que los chicos realizaban constantes acotaciones interrumpiendo la respuesta de sus compañeros. Por lo tanto, Pablo Spollansky propuso a los alumnos marcar ritmos: el que tenía la palabra creaba un ritmo con un elemento, el resto de sus compañeros debían copiarlo y seguir haciéndolo mientras él solo debía hablar y responder a las preguntas del profesor.
Con esto se logró conducir las energías de los alumnos por otro lado y así cada uno tubo la posibilidad de expresar sus pensamientos en relación a las fotografías que habían tomado.
A continuación se pidió a cada uno de los chicos que escribieran un párrafo a cerca de la AMISTAD, utilizando al menos 3 palabras de la lista construida entre todos. Al principio la mayoría se resistió a escribir, preferían hacerlo en grupo o no hacerlo, pero finalmente se les insistió y se obtuvo respuesta de todos ellos.
Los textos fueron entregados a la profesora Romina Castiñeira y antes de que termine la clase el profesor leyó algunos de ellos. Algunos alumnos se mostraron avergonzados de lo que escribían entonces pidieron que por favor no lo leamos, se les respetó la decisión y solo se le leyeron los que estaban de acuerdo con eso.
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